martes, agosto 08, 2006

Por un Volado

El Margen XX. Por UnVolado. SR

Dice una buena amiga, cuya capacidad intelectual y honestidad científica siempre he considerado entre sus principales virtudes, que si, efectivamente, la elección presidencial en México pudo haber sido “irregular” , es decir, un evento más o menos alejado de lo “normal”, toda vez que cumplir con la norma -ella asegura- tendría que suponer un ajuste perfecto entre el número de votos emitidos y los resultados consignados en actas. Más lo irregular –prosigue- a pesar de constituir un espacio imposible de ser sometido por la razón, al final, explica todo lo conocido. Hagamos el ejercicio –me propone: supongamos el caso extremo en el que se vota y la irregularidad, el error, la aleatoriedad o el azar determinan el resultado. Se trataría, sin duda, de una intervención de las casualidades casi imperceptible pero definitiva, algo así como la confluencia de una infinidad de micro-motivos que derivan en una macro-conducta. Hasta aquí todo bien: por cuenta de los micro-motivos el sistema se desplaza hacia uno de los escenarios posibles y privilegia un desenlace. El problema, sin embargo, consiste en que el componente de aleatoriedad podría estar arrojando un resultado equivocado, es decir, considerar algo como verdadero cuando en realidad es falso, o viceversa, algo falso cuando en realidad es verdadero. Es más, si es el error lo que determina el resultado, dicho resultado debería ser siempre falso, o dicho en otros términos: antes de reconocer la cuasi-imposible situación de empate, el sistema estaría optando por el “volado sistémico” y, por lo tanto, el veredicto del conteo no estaría surgiendo del “voto duro”, de la papeleta, sino de la suma de micro-errores.

Me divirtió la idea pues inmediatamente la asocié con la fascinante posibilidad de un error con capacidad de emitir veredicto a través de simples procesos de auto-organización. Pero me divirtió aún más cuando imaginé lo difícil, lo imposible que debería ser para una cabeza llena de jerarquías, mandos únicos, marcapasos, lideres morales, secretarías generales, ungidos, mesías, salvadores, ángeles, arcángeles y serafines. Lo difícil que debería ser, decía, entender un resolutivo del siguiente tipo: “Margarito, escucha Margarito: después de un largo deliberar hemos llegado a la conclusión que tu derrota obedeció a un fenómeno de auto-organización numérica”. ¡Demasiado para el difunto!, o mejor ¡Imposible para un esclavo!

1 comentario:

ira dijo...

Joven ilustre, ya lo encontré lo leí y en me reí con los Márgaros.
Píquele usté a donde dice "ira" en azul, allí está el link para mi blog.
Cualquier cosa me pregunta.