viernes, febrero 16, 2007

Vodka Azul

El Margen XLIII



Vodka Azul

Foto-Transustanciación: Fraçoise Devaud
Texto: Salvador Rivera

Un hombre de 45 años, no más. Diez de la mañana, porción doble de vodka en “Los Abetos”, cantina de noble tradición sobre avenida Jalisco: barrio de Tacubaya. Con el vodka en “Los abetos” el ciclo de todas las mañanas toca a su fin:

regadera-cajero-periódico-cigarrillos-trago;
regadera-cajero-periódico-cigarrillos-trago…y así.

La tarde y la noche son otra cosa, espacios, horas durante las que se consuman otros ciclos, otros itinerarios. La mañana es siempre la misma, siempre así…iluminada, azul.Sobre la mesa: el diario, el vaso desde el que asciende una bocanada de humo, un soplo de niebla:



Vapor de Vodka azul, listón en nube

Gazné de tul-cristal que el viento sube.


Observo la columna de niebla que se levanta desde el fondo del vaso, pienso sobre el significado oculto del movimiento espiral. En la forma de las galaxias, del tifón, del agua, de la vida, del tiempo.


Pienso en la concatenación de ciclos a través de saltos expansivos cada vez más amplios, más abiertos, más abarcativos. Regadera-cajero-periódico-cigarrillos-trago; es también otro ciclo que rompe en la espiral del trago hacia otra nueva regadera de luz que desemboca en otro trago azul y en otra regadera de vida mas extensa, más y más amplia. El ciclo de mi rutina, de mi vida, se engarza con la espiral de niebla, se hace con el movimiento del rehilete, de las constelaciones.


Humo de alcohol añil, niebla en el vaso
Danza de mi embriaguez dibuja el trazo.


Duda, se levanta, paga la cuenta y se dirige hacia la puerta de salida. Avenida Jalisco estalla en mambo. Sin duda el Mambo en Sax de Pérez Prado, piensa. Son las doce del día, el hombre de cuarenta y cinco años trastabilla en dirección al sur, hacia las montañas del Ajusco… porque la tarde y la noche son otra cosa; horas durante las que se consumen otros ciclos, otros itinerarios. La mañana es siempre la misma, siempre así… iluminada, azul, piensa y se va.

Vapor de Vodka azul, listón en nube
Humo de alcohol añil, niebla en el vaso

Gazné de tul-cristal que el viento sube
Danza de mi embriaguez dibuja el trazo.

3 comentarios:

Sebastián Liera dijo...

Qué tal Salvador; paso para agradecerte la visita de hace unos días y para comentarte que puse un enlace a El Margen desde La Otra Chilanga; espero que no te moleste.

Unknown dijo...

Decíme Salvador,la sexta secuencia, la ilustracion donde estalla un fondo psicodélico, ¿fue
colocada en ése lugar para producir el efecto que me produjo?

Entiendo que sí por varias cosas.
1ero: la bola terraquea cayendo sobre el líquido indicaría el deslizamiento de un alucinógeno.

2do:en la septima imágen, la copa con vodka que permanece en estado de calma en la sexta imágen, sufre una alteración y se llena de burbujas.

Pregunto: el hombre de cuarenta y cinco años ¿sos vos?
El personaje de la 4ta ilustracion ¿es Fraçoise Devaud?

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Me parece buena la funcionalidad que adquirió el texto, tanto como el aire pop de la 3era y 4arta ilustracion. Sin mencionar el ritmo y la importancia que va siguiendo la exposición de la copa con vodka, hasta el momento clave - aquel donde el supuesto globo terraqueo cae en el interior de la misma.

Excelente exposición, nudo y desenlace.

Un abrazo.

Salvador Rivera dijo...

Raúl: muchas gracias, es siempre un gran estimulo conocer la opinión de un ojo experto y, sobre todo, sensible. Pues sí, en efecto, resulta que "el hombre de 45 años" he sido yo en varias ocasiones, sin embargo, como tu bien sabes, el texto es quizás algo más, o menos, qué sé, una suerte de representación de las cosas que han pasado o están por pasar, es decir: distantes. Françoise, por su parte, hace lo suyo. Usa calderos, conjuros medievales y varas de virtud. Su técnica precisa en realidad la desconozco, pero no estaría mal que tu mismo le escribieras y le formularas tus preguntas, es una gran amiga, seguro encontraras en sus respuestas gran sabiduría y sencillez. Un abrazo fraterno.