Seguridad y Estado de Excepción
Salvador Rivera
Un señor de nombre Giorgio y apellido Agamben asegura que: en la casi totalidad de las así llamadas "democracias occidentales" , la declaración formal de Estado de Excepción ha sido sustituida por una generalización sin precedentes del paradigma de la "Seguridad". En esta lógica, el clamor de "Más Seguridad" alentado desde las más altas esferas del poder político-económico mexicano, debería ser re-codificado en su sentido original, en su real significado: "¡Impongamos Estado de Excepción!" (véase, por ejemplo, el articulo de Néstor de Buen: "¿Guerra Civil?" en La Jornada del 31 de agosto, 2008).
Cuando Marcelo Ebrard, Ulises Ruiz, Mario Marín…y Felipe Calderón ponen en el centro de sus respectivos programas y acciones de gobierno la expansión sin límite del dispositivo policiaco, lo que en realidad hacen no es, desde luego, procurar el bienestar común por conducto de la consagración del Derecho sino que, por el contrario, suspender toda normatividad jurídica con el objeto de aplicar La Ley . Es en este punto que el derecho deja de ser capaz de preservar el interés común para empezar a hablar en nombre la oportunidad. Pero ¿Qué Ley es ésta que pretende ser aplicada por conducto, precisamente, de su propia suspensión?: Esta Ley es La Ley de la Necesidad... La ley que asegura la acumulación capitalista a gran escala por conducto de la violencia extra-legal. Se trata, en suma, de dejar de lado toda restricción impuesta por La Ley, a través principalmente de la emisión de reglamentos y decretos, con el propósito de hacer cumplir la (otra) ley… la ley del capital.
Miles de indocumentados de origen centroamericano pasan diariamente hacia territorio nacional a través de la frontera con Guatemala, con este acto los migrantes pierden toda calidad jurídica frente al Estado mexicano, para convertirse, de golpe y porrazo, en hombres y mujeres NADA. Son hombres y mujeres Nada frente a la ley, pero están de cuerpo presente para ser traficados en calidad de esclavos. Traficados, negociados, vendidos en tanto fuerza de trabajo, pero también en cuanto cuerpos, vísceras, órganos, carne y huesos. La "inseguridad" del migrante es, en este caso, el elemento clave a través del cual se garantiza la "seguridad" del negocio. Los miles de policías y militares encargados de la "seguridad", es decir, de custodiar los "flujos", no están ahí con el propósito de impedir la violación a los "derechos fundamentales del hombre" sino que, por el contrario, justo para perpetuar su violación sistemática y sin trabas. Pero ¿Qué es lo que ha hecho posible la militarización del fenómeno migratorio?, desde luego: su previa Criminalización. Los migrantes ilegales, desde esta perspectiva, no son hombre y mujeres que, a su paso por México, desempeñan labores productivas en actividades diversas: industria, agricultura, obras de construcción, servicio doméstico, comercio, etc. Los migrantes son criminales, son "maras". Paradójico, son criminales ante la sociedad, pero hombre y mujeres desprovistos de toda calidad jurídica frente al Estado. Hombres y mujeres que desempeñan actividades productivas pero que están, a su vez, abandonados por la ley. Son bandoleros…pero bandoleros que, otra paradoja, trabajan en beneficio de nuestro caritativo-humanista-blanco empresariado mexicano. En esto consiste el verdadero significado de la palabra "Seguridad": fundación de espacios en los que el capital logra ejercer dominio sobre el trabajo y los cuerpos en ausencia de todo marco jurídico. Los Volkloser Raum, los espacios sin pueblo de Adolfo Hitler, lugares en donde los pueblos son estratificados en diferentes grupos y sub-grupos, y estos, a su vez, reducidos a la expresión mínima de “ilegalidad”. A esto se le llama Estado de Excepción, a esto se le llama "Seguridad": La nueva y cómoda morada del Capitalismo Global.