Krugman y la Unión Europea 2/n
Salvador Rivera.
Apuntamos en la primera parte de ese trabajo algunas ideas sobre la recomposición del centro europeo con ubicación geográfica en Alemania y la emergencia de una periferia depauperada al interior del propio espacio del Schengen; esto, como resultado final (entiéndase hasta el día de hoy) del proceso de integración europea. Con el propósito de poner las cosas en perspectiva expusimos de manera muy general el modelo de Krugman sobre los efectos del libre comercio cuando éste se verifica entre países con niveles de desarrollo desigual (en realidad un argumento propuesto originalmente por Gunnar Myrdal), modelo que anticipa la emergencia de un patrón centro-periferia para el caso de la Unión Europea. Sin embargo, explicamos también, este vaticinio resulta poco convincente ante la magnífica expansión de la producción y el consumo entre los países europeos más rezagados.
Pese a que la predicción de Krugman se limita con exclusividad al comportamiento del sector industrial, la cuestión relevante estriba en que los rendimientos se asumen como crecientes, lo cual quiere decir, poco más o menos, que la tasa media de ganancia por unidad de inversión será tendencialmente mayor en el centro que en la periferia por lo que, en un escenario de libre movilidad de bienes y factores entre países con niveles de desarrollo desigual, el capital y el trabajo siempre fluirán hacia los polos más desarrollado.
A pesar de los malos augurios, las inversiones, tercas, fluyeron en dirección contraria, esto es, desde los países ricos hacia la periferia europea y lo hicieron, además, en proporciones astronómicas, con lo que muy rápidamente los capitalistas ‘pre’ estuvieron en condiciones de ofrecer al mercado europeo algo más que aceitunas: partes especializadas para la industria aero-espacial, por ejemplo, piezas e ingeniería automotriz, servicios especializados en el renglón financiero, del ocio, agroindustria, moda, construcción, comunicaciones, educación, cultura, etc. La razón no descansaba en la voluntad filantrópica de los capitalistas alemanes o fracéses, sino en que la periferia ofrecía una extensa gama de ‘nichos de inversión’ con niveles de rentabilidad iguales o superiores al centro; mientras que el centro, ofertaba el capital ocioso suficiente para sobre-cubrir la demanda de inversión periférica. Pero no sólo eso, los encadenamientos productivos, la escala continental de la producción hacía posible que muchas localizaciones periféricas pudieran operar por debajo de los costos de transacción prevalecientes en sus propios mercados (Ronald Coase, su majestad serenísima, establece esta posibilidad cuando los costos de operación -escala- son menores que los costos en mercados abiertos -costos de transacción), pues desde esta lógica lo esencial no radica en el tamaño del sistema productivo local, sino en la organización del mismo, es decir, en la optimización de la escala global (sistemica) a través de la flexibilización de la producción local. Así las cosas, la economía europea creció en su conjunto, se diversificó, y geográficamente se des-centró (consultese al respecto la abundante bibliografía sobre la ‘organización flexibles de la producción’ en Europa: Pries, Storper, Scott, Kaplinsky, Boyer, Jürgens, Lehendorff, Schumann, Sturgeon, Banyuls, entre muchísmos otros ). Pese a todo, dijimos para finalizar, el resultado último de una Alemania fortalecida frente a una periferia depauperada, invierte tal tendencia y parece reproducir el vaticinio centro-periférico de Krugman. ¿Qué pasó entonces?.
La respuesta, en opinión de nuestra analista-especial (Anonymus) con residencia en el corazón de Europa, destaca tres diferentes razones: i.- la incorporación al espacio Euro de un número creciente de países pobres (Gracia et al) ; ii.- la apertura comercial indiscriminada (abandono de las medidas proteccionistas adoptadas por el Tratado de Roma); iii.- y la ausencia de una instancia supranacional con capacidad de tomar decisiones que respondan, rápida y de manera efectiva, al interés general (la unanimidad o el voto cualificado para la toma de decisiones, más el derecho a veto entre los 27 miembros serían los obstáculos más importantes). Pero dejemos, mejor , el contenido de la respuesta en voz de nuestra enviada:
“(Europa) Esta dominada por los países ricos, porque fue creada como una unión económica de países ricos (la Unión Europea –Comunidad Europea para entonces- incluyó originalmente a los países más prospero del continente: Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Irlanda y Dinamarca; a la que posteriormente se sumaron Grecia, España y Portugal para hacer un total de 12. Actualmente la Unión Europea cuanta con 27 miembros). Abriéndose a países europeos menos acomodados o pobres, ha aceptado, de hecho, privilegiarlos dentro del sistema hasta que lleguen a un nivel económico comparable al de los fundadores. Eso funcionó bastante bien al inicio para España y Portugal (…) En breve, Europa no tiene los recursos financieros suficientes para comprar la enorme deuda de varios países. Pero lo seguro es que, para salvar a Grecia, Europa si va a encontrar fondos. La sobrevivencia de Europa depende de eso, y no puede permitir que Grecia salga de la zona Euro. Si Grecia lo hiciera, podría salvarse sola de la crisis pero la Unión europea quedaría… muy desanimada y se podría producir el efecto « dominó».
“Otro grave problema de la Unión Europea viene de que, poco a poco, el sistema salió del modelo del Tratado de Roma (firmado en 1957 establece la libre circulación de mercancías, capitales y personas entre los seis miembros originales de la Comunidad Europea, e impone un arancel común para las mercancías llegadas de terceros países), que tenia previsto medidas de protección aduanera para proteger los países de la Unión. Como siempre lo han hecho los Estados Unidos afuera del sistema de su zona de libre intercambio.
"Y lo peor es que el sistema ya no es manejable, aun menos cuando enfrenta problemas que necesitan remedios urgentes. Unos países, incluida Francia, han votado en contra del proyecto de Constitución Europea (En Francia, en realidad, la gente votó más en contra de Sarcozy quien abanderaba el proyecto, que en contra de la Constitución). Pues dicha Constitución preveía un sistema de voto por mayoría de las dos terceras partes en el Consejo de la Unión. En este momento, tomar una decisión, cualquier sea, se necesita un voto unánime (en realidad existen tres formas de ponderación del voto al interior del Consejo de la Unión Europea: la unanimidad, la mayoría cualificada y la mayoría simple, esta última sólo reservada para cuestiones de procedimiento y la adopción del Reglamento interno). Lo que resulta casi imposible cuando votan 27 países con intereses divergentes. Con 27 países que tienen todos derecho de veto, el sistema esta paralizado. Este voto unánime funcionaba muy bien cuando la Unión tenia sólo 12 miembros, después todo se complico.¨
Hasta aquí nuestra corresponsal Anonymus. Y así, dejaremos para la siguiente entrega mi propia opinión sobre las causas de la crisis europea.